Más del 60% de problemas músculo-esqueléticos tiene un origen visceral.

Todos los órganos y tejidos conectivos del cuerpo están íntimamente relacionados. Esto significa que por las relaciones que existen entre los órganos y el sistema de músculos, ligamento y tendones, el mal funcionamiento de unos afecta al funcionamiento del otro. Por este motivo es imposible separar en una dolencia el área visceral de la músculo-esquelética.

Así es cuestión de investigar siempre cuál es la causa real de lo que está ocurriendo. Las cosas no siempre son lo que parecen. Por ejemplo, una congestión de un hígado puede bloquear a través de conexiones del tejido un hombro. Si sólo somos capaces de ver un hombro por separado nunca podremos llegar a tratar de forma profunda y realmente eficaz.

Así que es muy importante conocer bien todas las relaciones para poder trabajar de forma holística.

Entrar en el mundo visceral implica relacionarse íntimamente con el mundo de la fisiología y la emoción.

El sistema visceral tiene una gran relación con el mundo de la emoción. Es maravilloso, el cuerpo es como una gran máquina biológica compleja en la que a cada pensamiento le sigue una emoción y con ella una reacción de nuestros órganos para adecuar el medio interior a mi interpretación del mundo. Así, si interpreto peligro voy a generar una respuesta bioquímica: cortisol, aceleración del ritmo cardíaco, picos de glucosa para tener energía disponible...

A modo de resumen, y para que nos entendamos, existe un eje cerebro-emoción que hace que muchos de nuestros sufrimientos tengan una repercusión en los órganos. En Soma Fisiosalud realizamos un examen exhaustivo para conocer las causas y consecuencias que provoca todo esto e ir a la raíz del problema. En ningún caso esto sustituye el papel del médico en un proceso de enfermedad.